1. Cepíllala empezando por las puntas y continúa hacia arriba en la misma dirección descendente con un cepillo o un peine de púas anchas.
2. Sumérgela en agua fría donde hayas disuelto previamente un champú con mucha nutrición. Agita la peluca sin frotarla realizando, por ejemplo, movimientos circulares.
3. Déjala unos 5 minutos en agua fría con el champú nutritivo.
4. Enjuágala con agua también fría.
5. Acondiciona la peluca con productos nutritivos y enjuágala de nuevo con abundante agua fría.
6. Suavemente exprímele el agua sin retorcerla.
7. Sécala con una toalla dejando que esta se empape y absorba la humedad.
8. Coloca la peluca sobre un objeto alto o en pie y déjala secar completamente al aire.
9. Nunca la cepille cuando esté mojada.
10. Una vez seca, cepíllala desde las puntas hacia arriba (siguiendo las mismas indicaciones que seguiste en el paso 1).